miércoles, 13 de abril de 2016

Esto es lo que empezó "casi" todo

En 1990 conocí por casualidad al culpable que cambiaría el rumbo de mi vida profesional: el Mac. En esa época los diseñadores nos las apañábamos trabajando a mano, con plantillas de letras, reglas, estilógrafos y un sinfín de artilugios similares. Para trazar una elipse, utilizábamos unas plantillas, con distintos tipos y medidas de óvalos siendo necesario invertir un par de horas y repetir numerosas pruebas hasta dar con el Arte Final. Los bloques de textos para los folletos o revistas debían ser encargados previamente a las empresas de Fotocomposición, que se encargaban de "picar" los textos. Posteriormente las empresas de Fotomontaje se encargaban de filmar los artes finales en película y quedaban listos para entregar a la imprenta. Este proceso requería muchas horas de trabajo y numerosos procesos de corrección de textos completamente artesanales.

Un amigo y compañero de batallas había adquirido un Mac y me llamo muy ilusionado para que lo conociera. Ya había oído hablar de Apple y en Estados Unidos los Mac, comenzaban a implantarse en la industria gráfica. Se trataba de un Classic II que pronto le bautizamos como "el cabezón" adquirido de segunda mano por aprox. 800€ (nuevo costaba el doble). Puedes encontrar información detallada del Classic II visitando este enlace. Los ordenadores tipo Pc comenzaban a venderse por aquel entonces, pero este destacaba por llevar incorporada una disquetera de 3,5 (en lugar de las de 5 1/4 de los pc), ratón y un micro monitor en escala de grises incorporado (de fósforo verde en los PCs). El sistema operativo incluido era el MacOs 6, el típico de Apple que le llevó a la fama por la sencillez y que como veremos en otra entrada no fue inventado ni por Steve Jobs ni por Bill Gates.

La gran pregunta: ¿y para que sirve la máquina?. En ese momento para poco. El único software existente además del incorporado en el OS6 era un procesador de textos (Word Original) y un programa similar al Lotus 123: el excell. Estuvimos probando "Writte" y "Paint", las aplicaciones nativas del Mac y nos dimos cuenta del potencial para el sector de la Autoedición y las Artes Gráficas.En pocos segundos creamos una elipse perfecta y era posible crear textos complejos con estilos. El gran problema, la inexistencia de impresoras de calidad, en aquel entonces eran matriciales de baja calidad.

Nuestro amigo no parecía muy útil pero nos sedujo por completo. El potencial era realmente asombroso. De hecho en menos de un año, comenzó la revolución con la llegada de nuevos modelos Mac con mejores prestaciones, los primeros programas de autoedición (Photoshop, QuarkXPress, Freehand, PageMaker), las impresoras de calidad media y la posibilidad de llevar los trabajos en disquetes, a los estudios de Fotocomposición, Pronto se empiezan a encontrar las primeras diferencias en la industria informática. La estrategia de Apple se centraba en productos para las artes (Audio, Vídeo, retoque fotográfico y Auto edición) y este tipo de software solamente corre en equipos Apple y por tanto los ficheros tipo Eps, Tiff, Jpg generalmente solo se podían crear en un Mac. Desgraciadamente ocurre a la inversa y los usuarios de Apple no pueden ejecutar aplicaciones de Microsoft o cualquiera basada en MS DOS.

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